Este libro
fue un regalo que le hice a mi madre por El Día de la Madre, porque muchas
veces me dijo que de pequeña era su libro favorito y que en una de las muchas
(y odiadas por todos) limpiezas de trastero lo perdió.
Me ha
llevado mucho tiempo leerlo, pero no porque sea un libro aburrido. Ha sido
porque no es un libro que tenga una trama que nos haga pasar noches en vela,
devorando páginas y páginas, para ver cómo acaba o cómo se resuelven los
conflictos. Más bien porque es una historia muy relajada y muy bonita, una
lectura que resulta agradable y que no importa el hecho de que no leas todos
los días.
Lo consideraría un libro de cabecera. Esa historia que puedes tener a mano
siempre que te apetezca leer algo bonito y relajante después de un día duro.
"Mujercitas"
narra la historia de una típica familia americana, la familia March, en los
tiempos de la Guerra Civil, a través de las fechorías de las cuatro hijas: Meg,
Jo, Beth y Amy. Cada una con sus diferentes personalidades y aspiraciones para
su futuro.
Este libro es interesante en particular porque nos muestra el estilo de vida de las familias de entonces y los valores de bondad, amor y sacrificio que se transmitían de madres a hijas.
Lo que más
me ha gustado es el hecho de que las diferentes personalidades de estas
mujercitas te hacen reflexionar sobre la tuya propia y, aunque los valores que
se quieren transmitir en este libro estén un poco desfasados, siempre puedes
trasladarlos a tu vida cotidiana.
Es un libro
que recomiendo a todas las mujeres de todas las edades, principalmente por la
ternura que transmite y para que, cuando se enfrenten a una de las muchas
situaciones cotidianas que aparecen en la historia y a las que alguna vez nos
hemos enfrentado, o nos enfrentaremos, todas las mujeres, sonriamos y digamos
"¿qué harían aquellas mujercitas?"
Si a algo contribuye la lectura de este libro es a educar en valores.
ResponderEliminarTal educación, que antes o despues hemos de afrontar, no es tarea fácil dados los tiempos que corren. Transmitir a nuestros hijos, por ejemplo, la idea de que el esfuerzo es necesario para su formación integral, para construir su personalidad, se estrella en demasiadas ocasiones con el modelo de sociedad que proyectan los medios de comunicación -especialmente la televisión- y fomentan incluso las administraciones.
Se trata de un modelo basado en no renunciar a nada, vivir sin complicarse la vida y esquivar el esfuerzo, que es la mejor forma de medir la felicidad en términos de placer inmediato, aunque lleve aparejados la pereza, el egoísmo y, a la larga, la frustración.
Como dice el Buho en su post: cada día hay que enfrentarse a problemas, y la educación en valores de aquellas MUJERCITAS ayuda, y mucho!!